Resulta que los kibbutzim (plural de kibbutz) son comunidades rurales con una organización de la más compleja de comprender. Si bien la era capitalista hizo que algunas costumbres más comunistas se fueran perdiendo, algo que no se pierde es el comedor central que tiene cada kibbutz y en donde la organizción del almuerzo y cena de los integrantes clara y concisa.
En primer lugar, cuando uno llega tiene un espacio para colgar sus camperas/tapados y para lavarse las manos. Esto no es un baño, son solamente lavatorios!
Con las manos bien limpitas y camperita colgadita, uno se dirige a la parte en donde se sirve cada uno la comida, agarra su bandeja, cuchillo, tenedor cucharita y cucharon para recorrer las diferentes estaciones de comida fria, caliente, guarniciones y una infaltable (y muchas veces exageradamente picante) sopa.
Vale aclarar que en la mayoria de los kibbutzim el comedor es recelosamente controlado por un rabino, que chequea que la comida kosher se mantenga kosher durante todo el almuerzo / cena. Con un poco mas de detalle, si cae un insecto (mosca, mosquito, whatever) a alguna de las bandejas, se la separa, no solamente por cuestiones de higiene, sino que como los insectos no son kosher, la comida deja de serlo.
Cuando uno llega a la mesa, puede encontrar (en este caso porque estaba almorzando en un kibbutz religioso) libritos para rezar. El dia que fui a ese kibbutz, a mi izquierda habia un grupo rezando mirando hacia Jerusalem. La persona que nos recibió me explicó que los rezos si son en grupo, son mucho mejores, es raro que alguien rece solo.
La comida en los kibbutz es de lo más variada, como decía antes, y para mi felicidad nunca faltaba una mega palangana con hummus del más fresco y exquisito, con pancitos generalmente recubiertos con semillitas de girasol, zapallo, sandia y cucurbitaceas vairas mas, un lujo!
Una vez uqe uno termina de comer, tiene que llevar su bandeja a una especie de lavavajillas giratorio, tira los restos de comida en tachitos de basura que hay al costadito y va a comodando bandeja, plato, cubiertos en las bateas esas naranjas que ingresan a la cocina para lavarse.
Por supuesto que como uno en el proceso anterior por ahi termina con las manos un tanto pegoteadas, al lado hay otra pileta con jabón para lavarse y sacarse el resto del hummus y delicias varias manducadas de las manos
Al final, y al gusto del consumidor, siempre hay disponible una cesta con manzanas y otras frutas para disfrutr en el comedor o llevarse para el camino!
1 comentario:
agua la boca
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